jueves, 18 de octubre de 2012

Reconectar con la naturaleza




RECONECTAR CON LA NATURALEZA...

  
(fotografía de la Playa de Patos cedida por mi amiga Pilar)

En agosto tuve la suerte de compartir una experiencia inolvidable. Una semana en Luneda con un grupo de compañeros increíble. Guiados por Eva Julian que al final nos propone hacer algún comentario, escribir alguna experiencia de lo vivido...

Y esto es lo que a mi me surgio:
UNA SEMANA EN LUNEDA

¿Como resumir una semana de reencuentro con la naturaleza?  ¡Uau! tanto que contar.. no sé resumirlo en este momento. Por eso decido contar esto de lo que me dí cuenta en mi regreso:

Durante esa semana pude hablar con la naturaleza. Sentir mi naturaleza. Comprobar en mi como un sónido es una frecuencia armonizadora.

Conocer la mágia que, quizás en el pasado, enseño a nuestros antepasados la existencia de los Duendes Hadas y demás seres que habitan en la naturaleza. 

Y...

Ya de vuelta por los montes de La Cañiza, Samantha al volante, charlando con Carmen que la acompaña delante. Contandole historias de esos montes de donde encontro a Sara y Matilde (sus sabias perritas) cuando solo eran unas cachorrillas. Conversan animadamente durante el regreso a Vigo.

Yo voy sólo en el asiento de atras, viendo el paisaje, escuchandolas...  viendo el movil de vez en cuando. Ya, conectandome con mi mundo habitual. Con mi realidad habitual. Alguna llamada pendiente, sms, lo normal.

Y todavía conservo en mí, la fuerza y el entusiasmo con el que me harmonicé durante esa semana.  Conectado con la la frecuencia que me lleva a levantarme cuando sale el sol y empezar el día con mis ejercicios de Qi Gong. Esa resonancia que sintonicé en Luneda a través del trabajo de Eva. Esa energía que me lleva a saltar, reir, estar en comunión con los arboles, el agua, el viento...

Ahora toca regresar.

Me encuentro mejor que bién. ¡Despierto! ¡Fuerte! ¡Consciente!

Y de pronto el paisaje cambia. Comienzan a aparecer, cada vez más postes de alta tensión. Algún edificio y en cada centimetro de mi piel puedo sentir como cambió la frecuencia. La ionización  tal vez. El aire está diferente.

Caliente. Espeso del humo de los coches. Ruidoso más alla del tráfico de los camiones.

Nos despedimos en la estación de autobuses de Vigo.

Abrazos.

Y ya en el autobus voy pensando, dandome cuenta, haciendome consciente de los cambios que se han producido en mi durante esa semana.

Cuando llego a Gondomar, caminando llego al edificio en el que vivo...

Al lado pasa el rio Miñor, rodeado de arboles y zarzas.

Me paro y observo como me siento.

Ahora sé que a un lado está el edificio en el que vivo...    y entre los arboles y el agua, veo mi  Hogar.

Hoy escribo este recuerdo en la playa rodeado de personas, seres humanos que estan en sus historias.

Y el Mar.


El Mar me habla con el Amor que sólo el agua me puede dar. Me reconoce y me habla.

Gracias Eva. 

Lucio Penedo González (Coaching Sistémico, Sanación)

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